
En la radio, en internet, bajo publicidad abierta o en supuestos artículos de blogs no patrocinados donde alguien te explica lo maravilloso que es el cashback. Habitualmente (pero no siempre) el cashback se anuncia como una forma de recuperar dinero de tus compras, sin trampa ni cartón.
Siendo sinceros, las palabras que estás leyendo ahora mismo las ha escrito alguien con una naturaleza algo escéptica, especialmente cuando un producto financiero se anuncia como la panacea: todo ventajas y ningún inconveniente. Por ello, cuando hace unos días recibí (por trigésima vez) una recomendación por parte del algoritmo sobre las bondades del cashback, decidí hacer una investigación a fondo, intentando dejar de lado el escepticismo con el que llevo viéndolas estos años. Al fin y al cabo, que el marketing de algo nos suene sospechoso no quiere decir que el producto sea malo, ¿o sí?
Este artículo trata sobre el cashback como herramienta que te devuelve un pequeño porcentaje de dinero en las compras que realices.
Algunos establecimientos están ofreciendo la posibilidad de retirar efectivo al realizar compras con una tarjeta o tarjeta virtual (por ejemplo, en una compra de 20€ pagas 50€ para que te den 30€ en efectivo), y por confuso que resulte, ambos fenómenos se denominan cashback.
¿Qué es el cashback?
Conviene aclarar en qué consiste el cashback y las tarjetas que ofrecen esta funcionalidad, aunque no siempre el cashback va asociado a una tarjeta, ya sea física o virtual, sino que también puede venir asociado a cuentas en webs de compras o bien ser simplemente una aplicación.
El cashback o efectivo de vuelta en inglés es una funcionalidad que existe desde hace bastantes años, pero que está viviendo su apogeo en el mercado recientemente, llegando a haber tarjetas con cashback en prácticamente todas las entidades bancarias.
¿Cómo funciona el cashback?
En la práctica, puedes pensar en las tarjetas con cashback como una variante de las tarjetas con descuentos en compras, porque realmente es lo que son. La única diferencia para el consumidor se encuentra principalmente en cómo te sientes con ese 3%, porque a efectos prácticos vas a acabar exactamente en el mismo punto.
Por ejemplo, si haces una compra con una tarjeta de descuentos y te aplican un 3% en una compra de 100€, pagarás 97%, mientras que si realizas esa misma compra y te aplican un 3% de cashback, pagarás 100€ y posteriormente te reembolsarán 3€ en tu cuenta.
En ambos casos habrías pagado 97€ en lugar de 100€ en el producto, pero es muy probable que algunas personas se sientan mejor con la modalidad de cashback, ya que en tu extracto aparecerá una cifra positiva en lugar de una cifra negativa algo más baja.
Sin embargo, algunas tarjetas de cashback devuelven esos 3€ no a la cuenta corriente, sino que lo hacen a otros productos, como a tu línea de crédito, a una hucha virtual, un plan de pensiones o convirtiéndose en un cheque descuento para futuras compras en el mismo establecimiento o establecimientos asociados.
¿Cuánto tardan en abonarte el cashback?
El dinero que cada persona haya acumulado en cashback con la entidad financiera que gestione la tarjeta (como podría ser por ejemplo tu Tarjeta de Crédito Santander no se devuelve de forma inmediata. En la mayoría de casos, la cantidad de dinero a recuperar se tramitará de forma mensual (aunque puede ser semanal), con lo que recuperarás el cashback el mes posterior a haber realizado las compras que lo generen.
Esto, si tienes una tarjeta de débito, sería la equivalencia más pura con la realización de un descuento, aunque si estamos hablando de una línea de crédito lo que suele pasar es que se descuenta del total a deber. En estos casos, te recomendamos que consultes si el dinero se descontaría de tu deuda o de la del mes posterior, puesto que en un mes en el que te pases, estarías añadiendo intereses a tu línea de crédito de forma innecesaria.

Por otro lado, aplicaciones como Pensumo (asociada con Ibercaja) no te devuelven el dinero hasta que te jubiles, puesto que tu cashback va destinado a una cuenta de pensiones que solo podrás retirar cuando te jubiles (y pagando impuestos como rendimientos del trabajo) o bien, gracias a la normativa que estamos estrenando esta semana, desde los 10 años a partir de la apertura del plan de pensiones.
¿Dónde está el truco del cashback?
Una gran pregunta que puedes hacerte cuando alguien te ofrece un servicio que en teoría es gratuito (o incluso te hace ganar dinero, como en el caso del cashback) es ¿qué gana el creador de este producto?. Solo así podemos hacernos una idea más aproximada de si el producto, realmente, vale la pena.
En el caso del cashback, la ganancia para las empresas involucradas nos puede dar muchas pistas acerca de este curioso modelo de negocio. Existen distintos modelos relacionados con el cashback, y dependiendo de este modelo es posible que las ganancias para las empresas provengan de un sitio u otro.

Competencia entre empresas
Esta es una de las premisas más recurrentes del cashback. Por ejemplo, con la tarjeta de débito de ING y dándote de alta sin costes en su programa de cashback (denominado Shopping Naranja), podrás conseguir cashback al pagar en determinadas cadenas.
Si eres de ING y estás en Shopping Naranja, cuando hagas compras en la página web de Springfield tendrás un 10% de cashback, o cuando repostes en una gasolinera Galp, un 3%.
¿Cómo salen ganando Springfield o Galp? Consiguiendo que ING le traiga clientes. Si eres cliente de ING y tienes cerca de casa tanto una gasolinera Repsol como una Galp, probablemente prefieras repostar en Galp ya que van a darte un 3% de Cashback.
Además, con frecuencia el porcentaje de cashback se va reduciendo para cada franquicia según avanza el tiempo, puesto que el efecto reclamo siempre necesita ser más atractivo en las primeras ocasiones. Así, es posible que una cadena comience ofreciendo un 10% de cashback si estás en el cashback de ING, pero un par de años más tarde y habiendo ya fidelizado a todos los clientes de ING de la zona, lo rebajen hasta el 3%.
Además, las distintas entidades financieras (como ING y Santander) están compitiendo entre ellas para conseguir atraer todos los clientes posibles. Si ING te ofrece un mejor Cashback que Santander, es posible que influya en la balanza a la hora de decidir si abrirte una cuenta con uno o con otro.

Comisiones entre empresas
En la sociedad actual existe un enorme mercado de oferta y demanda en prácticamente cualquier sector económico. En la línea del ejemplo anterior con las compras online de Springfield y aprovechando las fechas navideñas, hazte la siguiente pregunta: ¿En cuántas cadenas distintas de ropa puedes comprar por internet? Probablemente cada lector pueda sacar una lista bastante larga, y eso por no mencionar todos los pequeños vendedores de ropa que puedes encontrar en Amazon y plataformas similares.
Es ahí cuando, si eres cliente de ING y estás consultando en qué cadenas empresariales te ofrecen cashback, ver que Springfield te hace un descuento del 10% puede ser la diferencia entre comprar en Springfield o comprar en Zara.
Sin tener datos oficiales, lo más seguro es que Springfield pague cierta comisión a ING por cada cliente que utiliza el servicio de Shopping Naranja en sus establecimientos. Una forma sencilla de verlo es pensar que en realidad el descuento que aplica Springfield no es del 10%, sino del 11%. Ese 1% que no nos aplican a nosotros se lo estaría llevando ING como comisión por incentivar a sus clientes a comprar en Springfield.
¿Y por qué no pagaría ING a Springfield para que la gente use su tarjeta? Es perfectamente plausible, pero es más improbable por el sencillo hecho de que ING está haciendo promoción de Springfield desde su servicio Shopping Naranja, pero Springfield no hace promoción de ING en ningún canal… Y reservándose así la posibilidad de tener acuerdos de cashback con otras entidades.

Incentivar el consumo
No solo es cuestión de atraer clientes, sino que los establecimientos consiguen un mayor volumen de compras al conseguir que los clientes sientan que están recuperando dinero por hacer sus compras. Esto es lo que ha dado lugar a que, por ejemplo, la tarjeta de Santander que ofrece cashback sea precisamente la tarjeta de crédito: Quieren que gastes todo lo posible, porque eso supone más ganancias para el vendedor y más probabilidades de que utilices tu línea de crédito, y cuando utilizas tu línea de crédito, pagas unos intereses que no son moco de pavo.

Costes asociados a la tarjeta
Pese a que no se trate de algo generalizado, como ya he mencionado algunos bancos ofrecen cashback únicamente en sus tarjetas de crédito, las cuales no solo te ofrecen una línea de crédito y van asociadas a intereses si tiras de ese crédito, sino que suelen tener unos costes de mantenimiento anuales.
Un cliente con una tarjeta de crédito es muy interesante para el banco debido a los costes y la probabilidad de que incurra en intereses, con lo que el cashback se utiliza como un incentivo para que contrates su tarjeta de crédito y, por tanto, pagues costes.

La diferencia entre cashback y descuentos
Para terminar, y pese a que también se trate de una de las formas con las que las empresas ganan dinero a través del cashback, conviene por su importancia tratar este punto con un poco más de detalle.
Si estás familiarizado con los depósitos bancarios (o cuentas de ahorro), sabrás que los bancos están muy interesados en que tengas la mayor cantidad de dinero posible en su banco y moviéndolo lo menos posible. Por ello, si abres una cuenta ahorro o un plan de pensiones, te ofrecen rentabilidad. ¿Por qué? Porque el dinero que tengas en el banco, el banco lo va a utilizar para invertirlo en cosas más rentables que lo que te paguen a ti. Por ejemplo, en conceder una hipoteca con unos intereses más elevados, pero también pueden usarlo para invertir en bolsa, etc.
Es aquí donde entra el cashback: Tú pagas, te aplican el cashback del 10%, y ese 10% te lo devuelve el banco el mes que viene. Durante ese mes pueden hacer muchas cosas con ese dinero, y no eres tú el único usando el cashback de esa empresa. ¿Cuándo no puede hacer esto el banco? Cuando en lugar de cashback lo que te ofrecen es un descuento, porque es dinero que tienen que tener a tu disponibilidad en todo momento.

Pensumo: el cashback para tu pensión
El fenómeno del punto anterior se magnifica considerablemente cuando analizamos productos como Pensumo, la app de cashback asociada a Ibercaja que deposita tu cashback directamente en un plan de pensiones. Eso quiere decir que todo el cashback que generes va a ir directamente a una cuenta que, si bien puede que te genere rentabilidad, significa que tu dinero está retenido hasta al menos dentro de 10 años.
Pensumo nos requiere realizar grandes compras para poder aplicar el cashback. Por ejemplo, si utilizas Pensumo tendrás que realizar una compra de al menos 400€ para que te apliquen el cashback, que será del 5% (20€), mientras que en otros establecimientos la cifra mínima de gasto es de 100€ para otro 5€ de cashback.
Si hacemos números y vemos la rentabilidad que ha ofrecido el plan de pensiones de Pensumo (Ibercaja) en el último año, descubrimos que alguien que haya gastado 3000€ en Mediamarkt este año habrá conseguido 150€ en su plan de pensiones, dinero que no va a poder mover hasta dentro de un tiempo y que este último 2024 ha generado una rentabilidad del 5,55%.
Esos 125€ han generado una rentabilidad de 6,8€ en esa cuenta de pensiones, una cantidad bastante irrisoria sobre todo cuando nos damos cuenta de que Ibercaja nos cobra cerca del 1,4% de comisiones en el plan de pensiones, y que la inflación acumulada este año ha sido superior a ese 5,5%. Si acumulaste 125€ en Pensumo durante 2023, ese dinero, para ti, no ha ofrecido prácticamente ninguna rentabilidad (si es que ha ofrecido alguna).

Conclusión
Como hemos visto, el cashback puede ser una funcionalidad interesante, ya que actúa como una especie de programa de descuentos en los establecimientos y cifras que haya establecidos. Sin embargo, nadie regala descuentos ni dinero sin motivo alguno, y pese a que la competencia entre distintas entidades pueda ser beneficiosa para los clientes, la realidad es que actualmente ningún programa de cashback va a generarte unas de ahorro muy considerables. Eso sí, todo suma.
Te recomendamos que seas cauto, porque si bien el programa de cashback de ING parece que tiene menos lados negativos, hay otros que o bien están asociados a tarjetas de crédito -cuyos costes e intereses pueden superar el cashback que realmente recuperes- o directamente remiten tu cashback a un plan de pensiones con muy baja rentabilidad relativa, como en el caso de Pensumo.
Es difícil que pierdas dinero a través de los programas de cashback, pero la realidad es que sí puedes correr el riesgo de realizar más compras de las habituales pensando que estás realizando compras inteligentes, especialmente cuando haya ofertas añadidas en productos de precio elevado, como puede ser apresurarse para comprar un ordenador portátil en Mediamarkt que parece haber sido rebajado un 15% que ya se suma a tu 5% de cashback… Cuando en realidad el precio rebajado (cashback incluído) sigue siendo mayor que en otra superficie. Las compras, y cualquier decisión financiera, siempre es buena idea compararlas con la competencia.
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