
Vivimos en un mundo de noticias económicas que a menudo nos parecen lejanas o demasiado complejas. Escuchamos hablar del Producto Interior Bruto (PIB), de las tasas de desempleo, de la inflación y de la deuda pública. Conceptos utilizados habitualmente como termómetro de la salud económica de nuestro país y que, por tanto, afectan a nuestras finanzas personales aunque a veces no seamos conscientes de ello.
Cuando hablamos de economía, tendemos a pensar en nuestras finanzas personales o en las decisiones de una empresa concreta. Esto es lo que conocemos como Microeconomía. Pero el destino de tus ahorros, el precio de la cesta de la compra y la dificultad para encontrar un buen trabajo no dependen solo de tu esfuerzo individual o de la eficiencia de tu jefe. Dependen, en gran medida, de lo que ocurre en el campo macroeconómico.
La Macroeconomía es la rama de la economía que estudia el comportamiento, la estructura y la capacidad de grandes indicadores nacionales o regionales, en lugar de mercados individuales. En otras palabras, se enfoca en el panorama general. Si no se gestiona correctamente, la Macroeconomía puede hundir naciones enteras en crisis que arrastran consigo a millones de familias.
En este artículo analizaremos qué es exactamente la Macroeconomía, cuáles son sus objetivos principales, y por qué conocer sus indicadores te ayudará a entender mejor qué está pasando en el gran esquema de las cosas. Entendiéndolo, podrás gestionar tus finanzas personales, ahorros e inversiones de una forma mucho más apropiada.

Macroeconomía vs. Microeconomía: La diferencia del enfoque
La distinción entre estas dos disciplinas es fundamental. Imaginemos que la economía de un país es como un gigantesco bosque.
- La Microeconomía estudia los árboles individuales: Si un pino está creciendo, si un roble tiene una enfermedad o si un fresno tiene brotes a sus pies. En economía, podría tratarse de cómo una familia decide ahorrar, cómo una empresa fija el precio de un producto, o cómo interactúan la oferta y la demanda en el mercado del café. Su enfoque es el comportamiento de los agentes económicos individuales.
- La Macroeconomía estudia el bosque en su conjunto: si está creciendo, si hay un incendio, o si está afectado por una plaga. Su objetivo es entender fenómenos que nos afectan a todos como sociedad. Trata aspectos como la inflación, las recesiones económicas o la tasa de desempleo. Por ejemplo, la Regla de Sahm es un ejemplo de macroeconomía para predecir recesiones económicas en EEUU, las cuales tienen la capacidad de afectar al resto del mundo.
Cuando la Microeconomía falla, una empresa quiebra. Cuando la Macroeconomía falla, el país entero puede entrar en crisis, ya que se dispara el riesgo de que tus ahorros pierdan valor o que tu empresa haga recortes de personal. Por eso, el control de las grandes variables macroeconómicas es una enorme preocupación para los gobiernos y los bancos centrales.
Los tres pilares de la Macroeconomía
La mayoría de los países persiguen tres metas macroeconómicas esenciales. El éxito de un gobierno a menudo se mide por su capacidad para mantener el equilibrio entre ellas:
- Crecimiento Económico: Se mide fundamentalmente a través del PIB (Producto Interior Bruto), que es el valor total de los bienes y servicios finales producidos en un país durante un periodo determinado. Un crecimiento del PIB significa que la economía está generando más riqueza, y esto suele traducirse en más oportunidades de empleo y un aumento del nivel de vida.
- Estabilidad de Precios: Este es el combate contra la inflación (aumento generalizado y sostenido de los precios) y la deflación (caída generalizada de los precios). La estabilidad es crucial. Si, por ejemplo, la inflación se descontrola (como en el caso argentino que analizamos), el dinero que tienes en el bolsillo o en el banco pierde valor rápidamente, destrozando la capacidad de compra de familias y negocios. Este es el objetivo principal del Banco Central Europeo (BCE).
- Pleno empleo: Implica que todas las personas que desean trabajar y están capacitadas para ello puedan encontrar un puesto de trabajo. La tasa de desempleo es el indicador clave aquí. Un desempleo alto no solo es un drama social, sino que también es una ineficiencia económica, ya que significa que la fuerza productiva del país está infrautilizada.

La contradicción entre desempleo e inflación, uno de los problemas de la macroeconomía
El problema es que estos tres pilares a menudo entran en conflicto. Por ejemplo, el pleno empleo se encuentra con varios escollos, como los efectos positivos que tiene para algunas empresas el que cuanto más parados haya, más pueden bajar los salarios y condiciones.
En el sentido inverso, si hay poco desempleo, las empresas compiten para conseguir a los trabajadores (principalmente a través de mejores salarios) y esto se traduce en que los productos y servicios que venda la empresa van a ser también más caros. Esto da lugar a una espiral inflacionaria, ya que los trabajadores necesitarán cada vez más dinero para hacer frente a la inflación.
Este fenómeno se conoce como Curva de Phillips, y de nuevo se trata de un concepto macroeconómico, uno que describe que a mayor desempleo, menos inflación, y a menor desempleo, mayor inflación. Esta contradicción provoca que las instituciones reguladoras deban moverse en una serie de matices de gris, intentando encontrar el punto específico que se alinee con sus intereses de la mejor forma posible.
Las herramientas para influir en el panorama general
Para lograr estos objetivos, los responsables políticos tienen dos grandes palancas o herramientas de las que tirar, cada una gestionada por un actor diferente:
- La Política Fiscal: Es gestionada por el Gobierno (Ministerio de Hacienda). Consiste en la gestión de los impuestos y el gasto público. Si la economía está en recesión (un «incendio» en el bosque), el gobierno puede reducir impuestos o aumentar el gasto público (construir carreteras, hospitales, etc.) para inyectar dinero en la economía y reactivar la demanda.
- La Política Monetaria: Es gestionada por el Banco Central (como el BCE). Consiste en el control de la cantidad de dinero en circulación y los tipos de interés. Si el banco central sube los tipos, encarece los préstamos, desincentivando el gasto y el endeudamiento, lo que ayuda a enfriar la economía y controlar la inflación. Si los baja, se busca lo contrario.
La Macroeconomía no solo nos da las variables para medir cómo nos va, sino también las herramientas para intervenir. Entender estos conceptos básicos es esencial para cualquier ciudadano que quiera comprender por qué su gobierno y el banco central toman ciertas decisiones que, en última instancia, son las que determinan tu bienestar económico futuro, pero también para tomar mejores decisiones a la hora de invertir o ahorrar.
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